Chicas!
lo que está claro es que llegar a los todavía
innombrables.., años, y con la cabeza medianamente amueblada es todo un
logro, veréis hace unos cuantos añitos., las mujeres jugábamos a ser la esposa
y madre ideal, y digo jugábamos, porque para nosotras siempre ha sido un juego,
del que, algunas no nos sentíamos nada orgullosas, se tenía la sensación de no
haber venido a esta vida únicamente para ello, ser madre es algo increíble, y
posiblemente lo mejor que hagamos en la vida, pero no lo único.
Tenemos
más planes por cumplir y la tarea no se nos pone nada fácil, cuando no solo
tenemos que ser buenas para con nuestros fines, y poder disfrutar con ello,
sino que además nos exigimos, todavía, cierta perfección en los planes que los demás tienen
para nosotras y que componen nuestro día a día.
Lo
que quiero decir es que, si hasta hace unos años, la sociedad, digamos
machista, en la que vivíamos, nos exigía ciertos comportamientos como esposas y
madres (en general los dos grandes y únicos papeles a los que teníamos acceso),
esos eran nuestras representaciones estelares en el escenario, de lo que
podía ser nuestro paso por la vida, en el presente que vivimos, disponemos en
escena de algún que otro papel más que representar (sin haceros ilusiones.,
chicas de aquí el fastidió). Verdaderamente pensáis que hemos ganado con ello,
ahora no solo debemos ser perfectas mamas y esposas, sino que además debemos
ser unas mujeres realizadas laboralmente hablando y
con cierta independencia económica, inteligente (pero no más que ellos), guapas, comprensiva y dulces (cuando ellos
flaquean en esta nuestra vida, ya que a ellos les han pasado a educar ahora con
la cantinela, de que no son “los machos alfa de entonces”) ¡Ah! Casi se me
olvidaba y por supuesto, atrevidas y sexualmente muuuuy
activas (realmente ni en esta, ni en anteriores etapas, todavía no se han
enterado, ni nadie parece haberles dicho, que más bien esto es cosa de dos)
y si a todo esto le sumamos que la mujer tiene una especial capacidad de
responsabilidad, que le hace asumir sus nuevos papeles como algo que debe rozar
la perfección y verdaderamente ser lo exigido sin ningún tipo de remilgo ni
escaqueo, ¿que tenemos?
TENEMOS que lo que las generaciones venideras
puedan sacar de aquí, pueden ser un auténtico bombazo.
Hemos
pasado de exigir que mujeres eduquen a niños con la delicadeza y ternura con la
que se educaba a las niñas (papel que se
les adjudicaba a las mamis con sus hijos
varones) a hombres que educan a sus hijas como si fueran a salvar al mundo
ellas solitas (papel, asumido responsablemente, por los papis, por supuesto,
para con sus hijas), pero no los papis blandengues., no, que va, esos están en
ello ahora., ¡A ver que sale!
Así
que en general y observando nuestro entorno, un poquito y quitando las
excepciones, que por supuesto que las hay. Hagámonos la siguiente pregunta:
¿Realmente
dónde está la gran ventaja, de los nuevos y
deseados papeles asumidos por nosotras en la sociedad, que son añadidos
a los que ya teníamos, no sustituidos y compartidos.,
no olvidarse de este IMPORTANTE DATO?
1 comentarios:
31 de enero de 2020, 2:28
TOTALMENTE DE ACUERDO CONTIGO PILAR.!! La ventaja no la veo por ninguna parte,pero diría más.....no seremos en parte responsables nosotras mismas de el resultado actual?Nosotras erróneamente tenemos que demostrar(no se muy bien porque) que podemos con todo ,lo de fuera lo de dentro.Ah!! y encima tener mala conciencia si nuestro horario laboral no nos permite llegar a tiempo de hacer la cena y bañar los niños si son pequeños. tenemos una lucha constante con nosotras mismas,que hay que radicar de nuestra mente Ya!Afortunadamente la cosa va cambiando, y depende sobre todo de nosotras mismas que tarde más o menos. Que no tenemos que competir con ellos,que es un colaboración conjunta.Y sobre todo eduquemos con el ejemplo, es importante el mundo que dejemos a nuestros hijos.Pero no es menos importante (los hijos que dejemos en este mundo)
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