Lo imprescindible de
aquella dulce etapa lo cumplía a la perfección, comer y dormir, me llamaba
mucho la atención la necesidad de desconexión por su parte, del mundanal ruido
desde bebe, era como si en un momento dado todo lo que la rodeaba dejara de
importar e incluso de existir para ella, cerraba los ojos, sin necesidad de
mimos, arrumacos y demás demostraciones tan necesarias para cualquier bebe, o
eso al menos creemos, la acostabas en su cuna y la sensación de paz
que trasmitía era en la misma medida que el movimiento que le acompañaba
durante el resto del día, es decir, mucha. Yo tenía la impresión de que se iba
a otro mundo, yo la entendía muy bien, parte de mi vida a transcurrido en él,
por eso me sentía feliz, sabía que siempre tendría recursos para encontrar la
felicidad sin ir más lejos de su propio interior.
Y con este grandioso
don, y la sonrisa como adorno para cada día, fue creciendo, y aprendió a andar,
o mas bien a correr, no sabía hacía donde pero Ella corría, se lanzaba hacía lo
desconocido fuera lo que fuera, no le temía a nada, claro mi inquietud es que
yo si que tenía miedo a sus impulsos así que decidí añadirle prudencia a sus ya
entonces inevitables aventuras, para así
poder disfrutar Ella, y yo estar tranquila sabiendo que estaba aprendiendo a
controlar su irresistible deseo por conocer mundo.
Y fue pasando el tiempo
y con él, Ella iba cambiando y crecía a una velocidad tan acelerada como Ella
misma demostraba ser, su sonrisa encantadora cautivaba y lo sigue haciendo, a
todos los que tenemos el placer de estar a su lado, aunque a veces haya que
tener muy presente esa misma sonrisa, para vencer el malhumor que provoca su
forma de despistarse ante responsabilidades básicas, pero dejemos esto para más
adelante, volvamos a su infancia.
Empezó a hacerse mayor,
yo me iba adaptando a Ella y a sus necesidades y a su vez Ella intentaba no siempre con el éxito esperado, adaptarse a las exigencias del día a día, y
cuando tenía 2 añitos, nació su hermana, algo que me llamo tremendamente la
atención fue, que en ningún momento demostrara celos, al ver peligrar su puesto
de única en casa ya que los demás miembros de las familias ya eran mayores, y
Ella gozaba de cierto protagonismo, que en ningún momento sintió amenazado por
la recién llegada hermanita, (ahora comprendo por que, si una palabra define a
su querida hermana es discreción), Ella nos observaba a todos y reaccionaba
acorde a ello, he de decir que yo tampoco descuidé su atención, el recién
llegado bebe me dejaba seguir disfrutando y prestando la debida atención a Ella
y su pulso constante a la vida.