Libro II
Miró a su alrededor para encontrarse con varios
árboles de troncos con unos diámetros inmensos, el color de su corteza
revelaban su longevidad, parecían secos, aparentaban no tener hojas, ni vida en
un tono que no fuera el de su mortecina corteza, miro hacía el fondo pero el
paisaje era el mismo, con el mismo tono gris inalterable, cuando de pronto con
la mirada al frente, en el árbol que se encontraba a su derecha noto cierto movimiento,
era imposible pensó, algo con aspecto tan inanimado, es improbable que pueda
haber movimiento alguno, y siguió caminando, con cautela ya que aunque pudiera
ser imposible por el aspecto del escenario, ella notaba cierta vigilancia por
parte de algún ser que era totalmente consciente de su existencia y cada vez
que pensaba en ello, un escalofrío le recorría el cuerpo, se calmó y siguió
hacía delante, sigilosa para no confundir sus propios pasos con algún sonido
ajeno y poderlo identificar inmediatamente, cada uno de esos árboles parecía
más anciano que el anterior, y de repente no fue sonido sino un pequeño
movimiento, mientras observaba aquella corteza fue como un abrir y cerrar de
ojos, pero no los suyos, los de algún otro ser que habitaba en la corteza de
aquel anciano árbol, se acercó con cierto recelo, no sabía muy bien que era lo
que había notado, pero sabía que algo en ese árbol no era del todo normal, y de
pronto cuando no estaba aún lo suficiente cerca como para examinar la corteza
con precisión, algo hablo.
-
Hola, es a mí a
quien quieres encontrar, quizás – un tono pausado y grave daba pistas de su
escondite –
-
Hola – contesto
Lori con cierta reserva – Exactamente no sé quién eres todavía.
-
Entonces ¿Por
qué me buscas?
-
No te busco, me
temo que la fatalidad y un mal paso me han traído hasta aquí.
-
Deberías haber
intentado irte ya hace rato y no seguir hacia delante.
- Aun no se con
quién estoy hablando, no habrá ningún tipo de manifestación por mi parte hasta
no conocer a mi interlocutor.
- Muy exigente me
sigues pareciendo para no tener la seguridad de poder llevar a cabo tu misión.
- ¿Qué sabes tú
de mi misión?
- Más de lo que
imaginas.
- Está bien, te
otorgaré el beneficio de lo oculto, podrás mantener tu misteriosa identidad,
pero solo hasta que te explique por qué motivo estoy asustada y tienes que
saber que soy cauta a la hora de dar información a algo desconocido.
- Trato hecho
permaneceré en la sombra mientras declares tu voluntad, pero solo me verás si
no te andas con falsedades y farsas en tu explicación, si no eres clara y
verdadera en tus argumentos, te tendrás que buscar la vida, yo no ayudo a
farsantes que lo único que quieren es descubrir mi retiro para acabar conmigo…..,
y…,