Es importante
su niñez, pero no tanto como esta siendo su adolescencia, o
preparación para la edad adulta, no entiendo la incomprensión e
intolerancia en algunos ámbitos de la sociedad, sobre todo el
académico, es una lucha constante para que se acepte que no todo el
mundo posee esa capacidad solicitada para el aprendizaje como si de
robots o formación en serie se tratase, deberían admitir que no
todos tenemos la misma facultad de estudio, que existen personas que
tienen otros talentos en los cuales se sentirían mucho menos
forzados, no digo yo que no tenga que existir una base académica,
por supuesto que si, pero una base no es para nada el forzar un
aprendizaje imposible en muchos casos, entonces es cuando la
frustración y el desengaño, se adueñan de nuestro día a día y lo
que es peor de nuestro futuro, es necesario entonces poner remedio a
tal condicionante académico.
Claro que
existen medios socialmente establecidos para tratar a niños,
adolescentes y adultos con este tipo de problemas, no me quejo de
ello, lo que veo totalmente incorrecto es que el enfoque siempre sea
como si fueran algo raro en una sociedad en la que la normalidad la
marcamos con el perfil de la mayoría, sin dar lugar a la existencia
de mentes que son capaces de ver e indagar, por ellas mismas sin
tener patrones a los que ceñirse sin contemplación alguna, tampoco
quiero invocar con ello a una anarquía académica, no, lo que deseo
es hacer entender que el camino a seguir por unos o por otros es
diferente y como tal divergencia se debería tratar. Dándoles una
oportunidad de demostrar su capacidad y sus intereses desde una
temprana edad, se que es un idealismo, pero seguro que en la sociedad
tendríamos menos frustraciones y más personas plenas en cuanto a
sus conocimientos y capaces de demostrar cual es su vocación o
talento para una futura actividad en la edad adulta.
Digamos
entonces que a mi modo de ver un gran obstáculo en la actualidad es
el rígido e inevitable, sistema académico que tenemos la suerte de tener aquí en
nuestro país.